«Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis de todo. ¡En Europa se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa… En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!»
Conseguiremos evolucionar porque poseemos el sentido del compromiso. Si nos implicamos, vencemos. Cuando iba a la escuela, los otros niños nos miraban al cuello para ver si llevábamos colgando algún amuleto de la suerte que les permitiera comprender por qué éramos los mejores. Nuestro único misterio era saber desear.
Sigo estando convencido de que todas las civilizaciones necesitan soñar con una tierra en la que todos los hombres caminen en libertad hacia los amplios horizontes, en la que las vidas se contenten simplemente con abrazar el ritmo de la naturaleza, en la que los seres obtengan su felicidad mediante la belleza, la fe, lo invisible y lo inmaterial. Los nómadas llenan los ensueños de los urbanicolas, e incluso en el caso de que nos alejemos de las tierras que nos vieron nacer, lucharemos todos para que, en el corazón de las ciudades, el alma del nómada siga siendo eterna, y su mirada, siempre virginal.
«Ese silencio pone de relieve el ensanchamiento de vuestra vida, a la que añade densidad. Me siento orgulloso de ser un Tuareg. Estadlo vosotros también de ser lo que sois y tened fe en vuestra hermosura..»
Tuareg-Travel.