“El primer trago es amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero es suave como la muerte”.
Tomar té en Marruecos es algo tan habitual como respirar, cuando llegas a algún hotel o a alguna casa siempre te servirán un té como signo de bienvenida, pero forma parte de la vida de cualquier marroquí. En el norte de Marruecos y zonas costeras lo sirven con hierbabuena, pero más al sur y sobre todo en el desierto no le ponen, suele ser algo más amargo pero muy bueno también.
A veces se hace en la misma tetera con la que se va a servir, pero también se puede hervir el agua en una tetera normal y hacer la mezcla del agua hirviendo y el té en sus bonitas teteras, siempre en una bandeja con sus vasitos artesanalmente decorados.
Se prepara hirviendo agua con un puñadito de té, según lo quieras más fuerte o más suave, se deja reposar y a continuación se añade el azúcar, para que se mezclen bien los sabores se sirve primero en un vaso el cual se devuelve a la tetera, se hace una segunda vez y a la tercera solo se echará un poquito en el vaso para saber si está bien de azúcar, normalmente se da a probar al hombre, pero si estás como invitado te lo darán a probar a ti, les gusta que te sientas a gusto con ellos. Se puede acompañar de dátiles, cacahuetes, cualquier dulce o incluso en algunos sitios acompañando la comida. Es digestivo y hace recuperar fuerzas, incluso se dice que los mejores negocios se cierran tomando un buen té.
El té es una forma de socializarse, una buena charla tomando un té es algo que no te puedes perder si vas a Marruecos.
Belén Serna.
Tuareg-Travel, Espíritu Viajero.